Episode Notes
En este nuevo episodio exploramos la mente creativa de Nailea Norvind, una actriz que ha hecho todo tipo de personajes desde muy pequeñita hasta convertirse en una de las villanas favoritas de la televisión.
Hemos platicado de su vasta trayectoria tanto en televisión como en cine y teatro, nos ha contado sobre sus mayores retos, detalles de cómo se prepara para abordar los personajes que le tocan y sus mundos tan diversos, e incluso cómo se las ingenió para seguir trabajando durante la crianza de sus hijas que hoy también forman parte del mundo del espectáculo.
Nailea ha trabajado en telenovelas mexicanas como ‘Amigas y Rivales’, ‘Quinceañera’ y ‘Abrázame muy fuerte’, la serie de Mujeres Asesinas, Capadocia, Como dice el dicho y Mujer, casos de la vida real. En cine, fue parte del elenco de Manto de Gemas, premiada en el festival de Berlín, El Club de los Idealistas, y el cortometraje Reflecciones, entre varias otras.
En esta entrevista también nos acercamos a su faceta como empresaria con el negocio de kefires “Mi Alimento Sagrado”, que comenzó por casualidad y ha ido creciendo. Puedes conocer más sobre estas bebidas probióticas que realiza Nailea y adquirirlas en el siguiente link: www.consumaconciencia.com
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Nicky Mondellini es una artista de talla internacional con más de treinta años de carrera artística, su voz es escuchada en comerciales de televisión, radio y plataformas digitales a nivel mundial. Es la conductora y productora de La Pizarra con Nicky Mondellini desde abril del 2020.
Su trabajo como actriz incluye más de doce telenovelas, varias obras de teatro clásico español y contemporáneo, cortometrajes y largometrajes, y la conducción de programas matutinos en México y Estados Unidos, además de comerciales de imagen y videos publicitarios y corporativos.
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Transcript
Interlocutor: Esto es La Pizarra, un espacio para explorar las mentes creativas del mundo del espectáculo en ambos lados de la cámara y el micrófono. Aquí está su anfitriona, Nicky Mondellini.
Nicky: Hola, ¿cómo estás? Bienvenido o bienvenida a un episodio más de La Pizarra. Yo soy Nicky Mondellini y me da muchísimo gusto que estés aquí. Hoy vamos a explorar la mente creativa de una talentosísima actriz que comenzó su carrera creativa desde muy pequeñita. Ya a través de los años, ella se ha convertido en una de las villanas favoritas de la televisión. Su nombre es Nailea Norvind.
Tú la habrás visto seguramente en telenovelas como Quinceañera, como Abrázame muy fuerte, Amigas y rivales, además de muchísimas series como Capadocia, Como dice el dicho, Mujer, casos de la vida real y Mujeres asesinas. Nailea también ha realizado personajes estelares en películas como Manto de gemas, la cual fue premiada en el Festival de Berlín, El club de los idealistas y el cortometraje Reflexiones, entre muchas otras.
Hoy vamos a platicar de su rica trayectoria artística y también hablaremos de su faceta de empresaria, de un negocio que ella comenzó por casualidad y que ahora ya la tiene mucho más ocupada que nunca. Así es que quédate aquí para enterarte de qué se trata.
Antes de comenzar con la entrevista, te recuerdo que todos los episodios de La Pizarra están disponibles, además de en las plataformas digitales, también en mi sitio web nickymondellini.com/podcast, donde además puedes inscribirte a nuestro boletín mensual para recibir los avances de futuras temporadas y también podrás descargar el e-book totalmente gratis que se llama Cómo manejar los no de la industria. Me encantaría que formaras parte de la comunidad de La Pizarra. Comenzamos.
Tú empezaste desde muy pequeña, me parece que tenías, no sé, como seis o siete años, ¿no? ¿Cómo fue para ti ese comienzo? En eso que tú ya habías visto por tu madre, que estaba también en la carrera. Para ti, finalmente estar parada en un escenario a esa edad tan chiquita, ¿cómo fue para ti?
Nailea: Mágico. Se me hace una edad muy hermosa para entrar a este medio. Creo que es jugar, es play en inglés. Es muy bonito, además, que haya sido en el teatro, que haya sido en el escenario, porque creo que tenemos el cine, la pantalla de televisión y el teatro. Para mí nunca habrá algo que asemeje a la experiencia de experimentar el teatro, porque el público está ahí con los actores, las luces te llenan. Era como estar adentro de una cápsula, como viajando en una nave espacial. Para mí fue muy bonito.
La obra era de Ibsen, era Casa de muñecas. Estaba siendo dirigida por un director muy destacado, griego, que vino a pasar tiempo en México, que era [unintelligible 00:03:13]. Fue una entrada muy afortunada. Además, le fue muy bien a la obra de teatro. Por eso, porque le fue muy bien, porque estaba con actores de primera, digo yo, era un papel ahí chiquito, el hijo de Nora, pero estaba trabajando con Claudio Brook, con María Eugenia Ríos, con Ricardo Blume y Ada Carrasco, puro talento. Le fue muy bien a la obra.
Nicky: Palabras mayores, todos unos señorones de la actuación. Qué belleza, qué bonito. Cómo no empezar con el pie derecho así tu carrera, definitivamente es algo precioso, ¿no?
Nailea: Sí.
Nicky: Después, ya seguiste un poco también, ya empezaste a hacer algunas cosas en televisión. ¿Cómo sentiste tú ese cambio del escenario a la televisión?
Nailea: Seguía siendo divertido.
Nicky: Perfecto.
Nailea: A ver, ¿qué cambió? La visita a los foros. Era Chispita, fue mi primera telenovela. Hice algo antes en el canal 13, una serie de Navidad que se llamaba La canica azul, un especial de Navidad. Fue muy divertido. ¿Qué crees que me tocó hacer? Esos efectos que tienen que hacer, que tienen el blue screen. Me pusieron un arnés y tenía que volar así. Eres niño y tienes que volar. Estaban buscando a un niño con quien compartir la historia.
Yo muy precoz porque me había gustado un niño. El primer niño que me gustó, yo tenía siete años y este niño me estaba fascinando en la escuela. Les dije, “Juan Carlos. ¿No le pueden hablar a Juan Carlos?”, y lo contrataron. Yo volando en el blue screen con el niño que me gustaba. Fue todavía mejor, porque yo estaba pudiendo sugerir cosas y me estaban escuchando.
Nicky: Increíble cuando sucede eso. Sobre todo, como niño, realmente ahí nada más te toca aceptar, decir y todo, pero ya uno cuando va siendo más grande, ya con la experiencia es cuando puedes proponer más cosas, ¿no?
Nailea: Quién sabe. Cuando nos vamos haciendo más grandes nos empezamos a complicar un poco más la vida, nos lo empezamos a tomar muy en serio y dejamos a veces de disfrutar. Hay veces que tenemos que reaccionar y decir, “A ver, ¿por qué no lo estoy disfrutando como lo disfrutaba antes?”. La otra forma, ya que tocamos el teatro y la televisión, que me tocó experimentar también a los siete años, fue el cine con una película que se llamó El triángulo diabólico de las Bermudas.
Ahí me tocó ir a filmar a Cozumel y tenía que hacer una niña que era en realidad una muñeca. Eso era bien mágico también porque tomaron el molde de mi cara. Imagínate, me pusieron todas esas cosas, cuando te pasan ahí a efectos especiales para hacer un molde de yeso con los popotitos. Ese molde lo hicieron ya en miniatura y se lo pegaron a una muñeca, pero cuando a la muñeca le tenían que hacer el close up de los ojos y que me sangraba la boca, era una muñeca diabólica, fue divertido también.
Estaba yo en Cozumel y en los ratos libres me metía a nadar con los pescaditos. Me hice amiga con la actriz que estaba en la película también, una niña. Sigue siendo muy divertido. Esta es una de las cosas que más me gusta en mi profesión, cuando me lleva a conocer más, a expandir mi universo. Conocí Cozumel, estuve en la playa, conocí a los actores con los que me tocaba estar, que eran John Huston, Andrés García, otros.
Esa película la dirigió René Cardona. Es una película que pasan siempre en Halloween en la televisión porque es de culto, es como kitsch, pero llama la atención. Mira, qué padre entrada tuve, en cine, en tele y en teatro, y me empezaron a llamar a modelar también. Empecé en modelaje, que hacía pasarelas para las tiendas departamentales y todo eso. Ya ahí me quise quedar.
Nicky: Claro. Sí, para ti era natural, pero fuiste sucumbiendo ante el encanto de las cámaras, al encanto de todo lo que es estar en una locación, de trabajar con otros actores. Te enriqueces, te metes en otros mundos, vives en los zapatos de personajes y haces cosas muy fantasiosas, muy bellas que, claro, quieres más y más de eso.
Nailea: En la película, tenía la niña que estar en un barco viejo en una tormenta y me echaban agua con unas mangueras gigantes. Así es como le hacen en Hollywood, en las películas, que tiene que estar la tormenta. Mangueras gigantes te echan agua y pica, te duele. Era así de, “Oh”.
Nicky: Sí, con fuerza.
Nailea: Tenía aguantarme hasta que hicieron una toma, otra toma y entonces me puse a llorar. El director, “Eso, eso es lo que quería”. Yo, “Oh”. De todas maneras sufre uno, pero de una forma divertida y me encanta. Gracias por la oportunidad de platicarlo, porque lo estoy reviviendo y me estoy acordando. Eso me hace pensar en Cate Blanchett una vez que estaba filmando con su esposo Sam Mendes.
La estaba medio pasando complicado en el set y a veces necesitaba voltear a decirle a su esposo, “¿Por qué estoy aquí? Recuérdame, ¿por qué estoy aquí?”. Otra vez, repito, de repente nos olvidamos de divertirnos, nos olvidamos de cuál era la motivación inicial.
Nicky: ¿Has buscado o te han llamado para personajes complejos? Digamos, villanas, locas y todo, porque son personajes muy ricos. ¿Esos son los que tú prefieres? ¿Siempre buscas algo que te rete?
Nailea: Definitivamente, sí. Me encanta el reto, me encanta que sea complejo. No es que me guste que sean villanos, o sea que antagónicos y todo, sino que sean seres humanos. Si no lo tienen en la escritura, porque a veces están un poquito más estereotipados, los tengo que volver complejos para disfrutarlos y tienen que tener sus virtudes también esos personajes antagónicos.
Nicky: Claro, por supuesto. El malo por ser malo tampoco ya no es creíble. Todos tenemos cosas buenas, cosas malas. Cuando eso ya lo llevas a la televisión, al cine y todo, y ves un ser que de repente puede tener momentos tiernos como momentos diabólicos, un poco de todo, se vuelve un personaje mucho más interesante y hay veces que te dan ganas de que sí logre las cosas aunque sea un asesino, por ejemplo, ¿no?
Nailea: Sí.
Nicky: Esos son los personajes que se disfrutan.
Nailea: Qué loco es, ¿no? Cuando sí le vas al malo.
Nicky: Es que sí, llega a suceder. Depende de cómo te van planteando la historia, si tuvo un inicio.
Nailea: Tiene que ver con el carisma que le entregas a ese personaje, ¿no?
Nicky: Sí.
Nailea: Si el personaje resulta carismático, quieres que gane.
Nicky: Exacto, así es. Vamos a hablar también un poquito, tus hijas siguen tus pasos, además guapísimas las dos, en la carrera artística, viendo a mami desde chiquitas, ¿te las llevabas a las locaciones, a los sets?
Nailea: Sí.
Nicky: De ahí fue para ellas eso.
Nailea: Sí, lo trataba de hacer sin que fuera demasiado abrumador, o sea equilibrio. Tanto yo las llevaba a veces al set, como yo muchas veces me escapaba del set. Yo decía, “No. Ahorita tienen cuatro escenas, no se van a dar cuenta”. Yo les decía que me iba a la cafetería, me escapaba hasta mi casa y me iba a verlas porque yo necesitaba eso también y que no les faltara, pero sí las llevaba muchas veces y se divertían. A veces mis maquillistas y peinadoras las peinaban como mi propio personaje para que se parecieran a su mamá.
Nicky: Qué lindas.
Nailea: Les prestaban la ropa. Cuando estaba en teatro, se traían sus tiendas de campaña y en mi camerino armaban su tienda de campaña, su sleeping bag, traían a su gatito y se volvía muy divertido para ellas.
Nicky: Qué bello, Nailea. Qué bonito, la verdad. Mucha gente piensa después que los actores, las actrices luego no les ponemos tanta atención a los niños, que dejamos que las nanas los cuiden todo el día y nosotros nos vamos al foro o al teatro y todo, pero no es así. Uno tiene, es como dices, la necesidad de verlas, la necesidad de estar con ellos y de convivir. Es muy bonito que también desde muy pequeñitos empiecen a ver y tener el respeto y el conocimiento del trabajo que les está dando de comer, ¿no?
Nailea: Exacto, desde ahí aprenden. Desde ahí yo creo que se volvieron tan responsables como lo son. Por un ejemplo, la manera de educar no es nada más predicar, sino poner un ejemplo. Creo que sí lo tomaron bien, observaron bien. Se volvieron muy profesionales y muy exigentes solitas con ellas mismas. Yo jamás les he tenido que exigir, que presionar, ni nada, más bien yo creo que les fue seduciendo eso mismo que se contagiaba ahí.
Nicky: Claro. Yo creo que se fueron dando cuenta de cómo es al escuchar cómo te daban dirección a ti, cómo era el movimiento detrás de cámaras o detrás de escena, que dices, “Uno aquí tiene que estar a las vivas, estar calladito, poner atención, contribuir y ver de qué manera eres parte de, en lugar de ser alguien que necesita que todo mundo lo ayude, sino ser parte de un equipo”.
Eso es algo muy bonito, una camaradería muy rica que se vive cuando eres parte de un elenco, tanto de teatro, como de cine, como de tele. Es algo bellísimo. Qué bueno que lo hayan vivido así ellas, ¿no?
Nailea: Sí.
Nicky: Volviendo un poquito acerca de los personajes, ¿para ti cuál ha sido el que más ha sido un reto para ti? Que más te ha costado trabajo como realmente decir, “Ah, es por aquí”.
Nailea: Creo que uno de los mejores retos que me pusieron fue cuando me ofrecieron La otra familia, el personaje de la película que tenía que hacer una drogadicta yonqui, de crack. Porque además soy la más fresa, que no me gustaba ni la marihuana ni nada y era como, “Qué interesante que tengo que interpretar, entrar al submundo y hacer que sea creíble”.
Fue un reto encontrar la forma de emular lo mismo, emular cómo se siente un adicto cuando no tiene lo suyo. Para lograrlo también, aparte de que tenía que adelgazar mucho, me inspiré mucho en Christian Bale en The Machinist, así de, “Quería estar a los huesos”.
Entonces ayuné, pero bien asesorada con un nutriólogo, tomaba pura agua y espirulina. Fue todo un viaje integral, fue por eso que lo disfruté mucho, porque a la vez que me estaba yo preparando para lograr un personaje, estaba aprendiendo mucho de mi sistema, estudiando cómo funcionaban los órganos, en qué momento los tenías que proteger, qué elementos tenía yo que darles para irme acercando a esa situación física que se necesitaba.
Luego, la otra, era muy divertido ser tan opuesto. ¿Sabes qué me pasa? Que era un personaje que era cortante. No, no digo cortante. Me gusta cuando son así como muy libres. Te voy a decir algo desde ahorita, puede llegar a ser muy frustrante que porque te ven rubia o algo así, siempre quieran que seas la señora de sociedad. A mí me gustan los locos y me gustan las cosas desfachatadas. No me gusta sentirme contenida, me gusta poder estallar.
Creo que también por eso se da el que me hablen tanto para hacer a personajes que dirían intensas, loca o eso. “¿Loca? Nailea”, y así. Tiene que ver con la libertad que uno refleja y que el personaje te permite.
Nicky: Exacto, así es.
Nailea: La otra familia es el que fue un gran reto para llegar a él. Fuera de eso también, no es que me haya costado trabajo, pero uno de los personajes que más me ha gustado hacer para HBO fue el Sr. Ávila. Era la esposa del señor Ávila, María, porque era María la inmaculada, era super pura, era el único ser que no era un parásito en esa serie. Me gusta ese contraste, que después de que haces a una drogadicta y todo, luego puede ser una mujer inocente, con pureza.
Nicky: Exacto. Fíjate qué interesante cómo en la vida de los actores nos toca siempre tener un baño de limpiar nuestra mentalidad acerca de lo que hicimos en un personaje y ser, como dicen en Estados Unidos, un clean slate y ya de repente empezar a meterte en otro totalmente diferente que no tiene nada que ver.
¿Tú cómo le haces, por ejemplo, para prepararte? Digamos, ya estás en plena preparación, ya estudiando tu guion, memorizando tus líneas, etcétera. ¿Cómo es para ti ese proceso de crear a ese otro personaje? ¿Cuáles son los pasos que para ti son los que más te ayudan?
Nailea: Interesante pregunta, Nicky. Creo que depende del proyecto y depende del personaje, cómo lo puedo abordar, el lujo del tiempo que me van a dar para hacerlo. En La otra familia sabíamos que necesitábamos incluso un mes de preparación, y siempre se agradece cuando tienes mucho tiempo para hacerlo.
Hay veces que te dicen, “Empiezas en una semana”, o al día siguiente. Hay veces que hay que hacer un estudio de la época o, como es muy desconocido, hay que buscar material. Como para el de La otra familia, para el personaje de Nina, yo me metí mucho a YouTube a buscar videos que me indicaran, que viera a gente que había padecido esto y me ilustraron muchísimo, cómo era el comportamiento y así.
Hay veces que nada más confías en tu intuición, en entender lo que le está sucediendo internamente a este personaje, leerlo, ponerte muy en la situación y no planearlo demasiado, no estudiarlo demasiado. A mí me sirve eso, no me gusta tener tanto control. Tengo que tener una dosis de control, pero me gusta a veces dejar a ver qué pasa, a ver qué sucede Sí te tienes que memorizar las líneas porque eso es importante, pero aquí es donde te decía, “Nicky, qué chistosa e interesante pregunta”, porque he trabajado muchas veces con el papá de tus hijos, con Hernán Mendoza.
Nicky: Con el papá de Mario, sí.
Nailea: Es uno de los actores– De tu hijo más bien, ¿verdad? Tienen un hijo.
Nicky: Sí.
Nailea: Sabemos, uno de los mejores actores de México y me siento tan afortunada de haber pisado el escenario con él tantas veces y también en el cine, etcétera. A él también le he aprendido muchos tips y cosas, lo observo. Ves que a él le gusta el parapente, él es como extremo y el otro día le hicieron–
Acabamos de hacer una obra de teatro que se llamó Carne. Lo entrevistaban para el estreno y le decían, “Qué padre, Hernán, te gusta el parapente, las cosas extremas”, y él decía, “Sí”. “Oye, estás trabajando con Nailea. Eso debe ser bastante extremo también”. Dice, “Sí. No, olvídate el parapente. Extremo, Nailea”. Yo sé por qué lo dice, porque soy un poquito– Yo creo que desde la escuela sí fui un poquito esa estudiante que deja hasta el último momento el día que va a estudiar para el examen, lo confieso.
Mira, yo he visto que Jack Nicholson cuando estuvo haciendo The Shining también era de que se aprendía la escena en el mero momento, así de, “A ver, ¿ahorita cuál es la que va?”, no lo tenía desde un mes atrás. Yo soy un poquito más de esas. Tal vez esa adrenalina de, “Me va a ir mal, no me va a salir”, es lo que me concentra más y llego de otra forma.
Nicky: Puedo ser. Sí, y eres más espontánea.
Nailea: También agradezco de antemano.
Nicky: Sí, con esa espontaneidad de que no es–
Nailea: Agradezco a mis compañeros que han tenido que tolerar eso a veces en mí, porque hay unos que son así de por el libro, superacadémicos y han de decir, “¿Cómo puede ser? Yo vengo con todo aprendido”. Hernán tiene una facilidad de aprenderse todo y yo a veces así de, “A ver, déjame. Si intuitivamente saber qué te iba a responder”, y luego ya se dan las cosas, pero sí hay algo de vértigo ahí que puede espantar muchas veces a mis compañeros, a mis productores.
Sí, en otra ocasión, en otra obra de teatro, el productor ya casi cortándose las venas, “Es que falta una semana y no se sabe sus líneas”. Ya te estoy dando la primicia aquí, no siempre confieso estas cosas.
Nicky: Puedes entrar con un disclaimer, “Muchas gracias por contratarme”. En la primera lectura de mesa puedes decir, “A ver, chicos, aquí estoy. Nada más les aviso, sí me aprendo las líneas no como ustedes, tengo mi proceso, pero no se preocupen que el día del estreno todo mágicamente va a funcionar”.
Nailea: Exacto. Sí, es como, “¿Ya para qué?”. A estas alturas lo sigo haciendo. Creo que es por alguna razón, ya se volvió mi forma.
Interlocutora: Antes de seguir con la entrevista Ahora te quiero platicar de SquadCast, la plataforma donde grabamos la mayoría de los episodios de La Pizarra, tanto en audio como en video. Además de que SquadCast tiene una gran calidad de sonido, tus invitados se pueden unir desde su computadora o en su dispositivo móvil desde cualquier parte del mundo con una conexión estable de Internet.
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Nicky: Sí, es tu proceso.
Nailea: No quiere decir que sea huevona, porque unos dirían. No, es que estás llegando desde otro ángulo muchas veces. No puedes presionarlo.
Nicky: Exacto.
Nailea: Odio cuando me presionan, odio cuando quieren, “Ya, ya, ya”, correr. No, tienes que gatear, luego caminar y luego ya correr.
Nicky: Exacto. Para la televisión, ¿cómo haces? Porque ahí ya no se usa el apuntador, entonces ahí en un día te pueden tocar 10 escenas y ¿entonces?
Nailea: 40, ¿cuál 10?
Nicky: ¿40?
Nailea: 40 escenas a veces nos tocan, imagínate. Desarrollas mucho la agilidad. Me las aprendo en el momento, así como Jack Nicholson. Agarro el libreto así, digo, “A ver. Sí”. El secreto es entender muy bien de qué va la escena, qué es lo que tu personaje necesita conseguir, qué es lo que el otro personaje está tratando de convencerte y tú no te vas a dejar y eso.
Si lo tienes muy claro, ya las palabras– Afortunadamente, no son tan estrictos de que tienes que decir la palabra tal cual textual, sino que puedes dar el sentido de lo que se quiere decir. Esa libertad la agradezco.
Nicky: Claro.
Nailea: Sí. Lo logras, pero una por una. Necesito unos segunditos, unos minutos, la pimponeo y va.
Nicky: No es tan fácil, obviamente. Digo, todo mundo igual, eso tiene su proceso, pero cuando tienes que preparar 40 días para el día siguiente, pues bueno. ¿Las lees por lo menos?
Nailea: Ni modo que en la noche anterior me aprendiera las 40 escenas, ¿no?
Nicky: Claro.
Nailea: Más bien, la noche anterior definitivamente lo leo todo. Ya tienes un panorama de, “Esto es a lo que le vamos a tirar mañana”. ¿Te digo qué? Hay veces que hasta eso es mejor ni saberlo, porque eso mismo te tensiona, te presiona, anticipas. Otra, si queremos regresar a ese inicio de cuando éramos niños, de, “A ver, ¿a qué vamos a jugar ahorita? Estas son las reglas del juego para esto”. Aunque yo disfruto mucho más si se va tomando uno por uno en ese presente, te obliga a estar presente. Si no, estás anticipando.
Nicky: Totalmente, te obliga a estar presente de una manera plena y absoluta, porque ahí sí, si no pones toda tu atención en eso, obviamente no lo sacas adelante, pero como dices, teniendo una idea bien clara de lo que es la estructura, de qué está sucediendo, qué es lo que tú quieres del otro personaje, cómo lo vas a lograr y cuáles son los obstáculos por los que tienes que pasar para lograr lo que quieres, entonces ya realmente sí es mucho más fácil aprenderte en ese momento la escena, ¿no?
Nailea: Así es. ¿Te digo otra cosa que me estoy dando cuenta que también me ayuda muchísimo? Yo trabajo mucho con mi parte física, en el sentido que me gusta mucho usar lo corporal, pero no iba hacia allá todavía, sino que muchas veces yo no uso el coche, me voy en patines al trabajo, me voy en patines al foro o al teatro.
Ese estar patinando en la calle, viendo los carros que vienen, los semáforos parándome, me obliga ya a empezar a concentrarme. Como esos ejercicios de actuación que hacen a veces los estudiantes que quieren ser actores, que se avientan la pelota porque tienes que empezar a estar bien alerta, eso empieza a tenerte muy despierto. Ya cuando entro al set, ya está enfocado, o sea es más fácil esto.
Nicky: A ver. Yo nada más estoy tratando de imaginarte a ti en la Ciudad de México con el caos vial en patines, ¿cómo le haces para no perder la vida? Estoy impresionada.
Nailea: Sí. Muchas veces me preguntan, “¿No te da miedo?”, o, “Te va a pasar algo”. Afortunadamente, ya se adaptaron las calles hace unos años, ni eso. Ya tenemos carriles para los ciclistas y los patinadores, pero luego soy bien mal portada y me voy entre los coches de todas maneras.
¿Sabes por qué no me sirven los carriles? Porque esos carriles de bicicleta están pegados a la banqueta, en la banqueta hay árboles, esos árboles tiran ramitas y hojitas, y esos se enredan a veces en mis patines y me pueden ocasionar un accidente. Muchas veces sí me sirve más estar entre los coches y ellos, claro, se van enojando conmigo como diciendo, “Tú tienes tu otro espacio”, pero bueno, he ahí mi explicación para cuando me vean patinando entre sus coches.
Nicky: Si estás en la Ciudad de México y ves una patinadora, probablemente sea Nailea, déjala pasar.
Nailea: Sí, gracias a todos los que me han respetado y cuidado. Llego más rápido, es lo que me pasa. Mato varios pájaros de un tiro. Hago mi ejercicio del día, llego más rápido porque me brinco todo el tráfico y me voy poniendo alerta, me voy concentrando mucho. Me conecta con la naturaleza también, me conecta con mi entorno, con mi alrededor y sí. Por último, también yo era patinadora en la adolescencia, por eso para mí es como caminar. Claro, alguien que normalmente solo iba a patinar los fines de semana no es lo mismo que alguien que siempre– Yo trabajaba en una pista de patinaje en Nueva York, para mí es como– Sí.
Nicky: Mira, ¿una pista de patinaje sobre hielo o de patinaje de ruedas?
Nailea: De hielo y de ruedas. Hacía las dos cosas, sí.
Nicky: A ver, ¿qué no has hecho, Nailea? A ver, además eres yogui, además tienes ahora un negocio. Platícame un poquito de eso. Eso que decías de la parte corporal es obviamente porque llevas toda la experiencia en patines, ya me estoy enterando, pero además has practicado yoga mucho tiempo. Eso es algo que también incorporas.
Nailea: Con yoga más de 30 años. Soy maestra certificada de yoga en las técnicas de Ashtanga, de Jivamukti y de Integral Yoga, Hatha Yoga. Sí, es una parte indispensable en mi vida para– Como que digo, “No”. No son reglas y tampoco es una religión, por eso no lo vuelvo tan público ni comercial, aunque también hay un gran negocio en la yoga, pero porque es donde yo conecto con la parte más esencial de mí.
A veces así de sencillo, te hace la vida más fácil, porque hay algo que acomodaste, porque trabajas todos tus sistemas cuando practicas yoga. Agradezco mucho que exista la yoga en mi vida.
Otra de mis pasiones es el tango. Me gusta bailar tango y el baile japonés butō. El día que encontré el butō dije, “Por fin mi ritmo de vida”, porque es muy loco, todos quieren ir bien rápido y a mí me gusta ir lento. Yo quiero ir así como– El butō dije, “Sí, eso es lo que me gusta”. No lo puedo practicar tanto porque solo me gusta hacerlo cuando vienen algunos maestros profesionales japoneses y entonces ya me integro ahí a sus cursos.
Nicky: Ese no lo conocía. El tango obviamente sí, me fascina, amo yo todas las disciplinas, todos los estilos de danza me encantan y he practicado varios, pero voy a investigar ese del butō, me parece muy interesante.
Nailea: El butō nace después de la Segunda Guerra Mundial, después de la bomba de Hiroshima. Se destruye Japón y los japoneses se ven en la necesidad de volver a formar su cultura y su identidad. Se inspiran mucho en el expresionismo alemán, por eso es tan expresionista. Son esos pelones desnudos que andan a veces con lodo o a veces maquillados de blanco y que son huesuditos. Hay de todo, no voy a generalizar.
Kazuo Ōno es uno de los precursores. Sankai Juku es una compañía de danza japonesa, que cuando yo los vi en el escenario me dejaron ver por qué quería vivir. Me encanta cuando veo arte a un nivel que me nutre y por eso estoy convencida de que– Qué rico dedicarme al arte y que yo pueda generar en otros lo que cuando vi a esos danzantes me generó.
Nicky: Qué bonito, caray. Ahora vamos a hablar de tu faceta de empresaria, porque tienes tus bebidas que hace poquito– Por ahí las tienes.
Nailea: Ahí te la enseñé.
Nicky: Para los que estén viendo esto en YouTube, ahí están.
Nailea: Este es Mi Alimento Sagrado.
Nicky: Mi Alimento Sagrado, claro.
Nailea: Además, Mi Alimento Sagrado cuando tú lo tomas se vuelve Tu Alimento Sagrado, como que me gustó el nombre de la marca. Este es el kéfir de agua, son bebidas probióticas.
Durante la pandemia yo vi que había mucha gente que no estaba del todo al 100% en su salud y yo hace muchos años que consumo mis probióticos, pero nunca me ha gustado empujarle nada a nadie y odio cuando me tratan de vender productos milagrosos, pero cuando empiezas a informarte y saber que los probióticos son tan importantes para nuestro sistema digestivo y para que todo funcione–
Me encanta la alegría que hay en las personas que van probando mis productos y me dicen, “No sabes qué bien me sentí. Te quiero pedir cinco más”, o, “Te voy a pedir cada semana”. Ese es del de agua, que tengo muchos sabores, cardamomo, jengibre, cacao, vainilla, etcétera, varios sabores.
Este es el de leche, que se hace con los búlgaros. Este se hace con tibicos, agua y piloncillo. Este se hace con los búlgaros y la leche. La leche pasa por una fermentación y ya no tiene lactosa. Este es azul. Mi marca es Mi Alimento Sagrado, pero este se llama Blå Ku que en noruega, porque mi familia es noruega, Nicky, ya sabes, resulta que esto quiere decir, “La vaca azul”. Al principio mi kéfir era blanco, pero cuando ya le puse la espirulina azul, ahora sí es la vaca azul.
Nicky: Claro. Qué bonito. ¿Dónde puede conseguir la gente tus productos? ¿Sí los completas o qué tanto?
Nailea: Es un negocio muy artesanal, muy privado. No me interesa volverme la Coca-Cola, porque sigo actuando y todo. Estoy en tiendas especializadas en la Ciudad de México. Luego, a veces en otros lugares de la república lo quieren pedir.
Sí hay un lugar en donde pueden pedir mis productos, que se llama ConSuma Conciencia. Ahí ellos se encargan de hacértelo llegar a donde sea, a Monterrey, Tijuana, a donde tú quieras. Lo empacan bien, pero tiene que viajar frío, esa es la cosa. Por eso es un producto que no es tan fácil de decir, “Lo dejo en no sé cuántos lugares y que ahí se venda cuando se pueda”. ConSuma Conciencia se los hace llegar.
Nicky: Voy a ponerlas. Luego me pasas bien las ligas, las voy a poner en las notas del programa para que la gente pueda enterarse de dónde, si viven en la Ciudad de México en qué tiendas pueden estar visitando y conociéndolas. Si no, esto de ConSuma Conciencia.
Nailea: Claro. Sí, eso pensé. Pensé que, a la larga, si algún día tengo un local, es como– Yo muchas veces he viajado al mundo y me voy a esa panadería porque quería el pan de esa panadería y solo lo puedes encontrar en ese lugar. Nos hemos vuelto muy comodinos en el sentido de que todo te llega a tu casa, todo lo pedimos en Amazon y todo, pero también hay una magia de viajar y aprovechar ese viaje para conocer lo que no puede llegar hasta allá donde tú estás.
Nicky: Como que hasta te sabe diferente cuando vas allá y lo pruebas en un pueblito, en un lugar, no sé. Pruebas un helado que no has probado en ninguna otra parte y es la magia y el encanto.
Nailea: Claro. Qué tal cuando vamos a Oaxaca y te comes tu helado de leche quemada en la placita, solo allá, ¿no?
Nicky: Solo allá. Hablando de Oaxaca, una vez en Puerto Ángel yo me comí una langosta deliciosa y estaba baratísima, no había nadie ahí. Yo creo que es la langosta más deliciosa que he comido en mi vida, riquísima, y en un restaurancito que nunca pensarías. Son esas cosas que vas descubriendo. Muy rico.
Nailea: Sí, y que hay que preservar, hay que asegurarse, ¿no crees, Nicky? Que siga habiendo negocios pequeños, locales, artesanales, que no perdamos a nuestros artesanos. Olvídate de mis alimentos, sino de los que hacen bordados y de los que hacen talladas de madera, hay que valorar ese trabajo. Yo odiaría que todo empiece a ser hecho en China, hecho en serie y que todo esté en tiendas departamentales.
Nicky: Industrializado en masa. Sí, totalmente, porque las cosas que se hacen con tanto cuidado y que tienen hasta un poquito defectitos y todo, que tú dices, “Alguien se sentó, hizo esto con cuidado, le puso su paciencia, sus ganas y su sabiduría para hacer eso”, entonces lo gozas de una manera diferente, ¿no?
Nailea: Sí.
Nicky: Nailea, vamos ahorita a hablar, ya para concluir porque sé que tienes otra junta ahora después de esto. ¿Qué te falta por hacer?
Nailea: Hablando de Fidel, ¿qué crees que es? Tiene que ver con un– Justo me buscaron unas personas de Monterrey que quieren crecer mi marca, quieren proponerme un nuevo producto para mi marca, porque ellos se dedican a cultivar un chorro de hierbas, de plantas medicinales y todo. Estamos en un país rico en plantas medicinales, a ver qué me van a proponer.
Nicky: Seguramente va a ser muy interesante. Ahorita te digo para concluir, ya volviendo un poquito a lo de la carrera, y por cierto, te deseo que siga creciendo tu negocio y la próxima vez que yo vaya a México nos vamos a ver para que me des a probar de tus kéfires.
Nailea: Obvio, te voy a regalar.
Nicky: Definitivo. Gracias.
Nailea: ¿Cuándo vienes?
Nicky: En julio. Estamos grabando ahorita en mayo. Este episodio va a salir en la octava temporada que va a empezar ya a finales de septiembre, principios de octubre. Te lo digo así como entrada, sí. Ya te avisaré para que nos veamos.
Volviendo a tu carrera, ¿qué es lo que te falta ahorita por hacer? Que tú dices, “He hecho este tipo de personajes y todo”, pero uno que digas, “Como que se me antoja esto”, o no sé si estás en producir, dirigir. ¿Cuál es un proyecto que sería algo muy mágico, del que tendrías muchas ganas de meterte de lleno? Por más que sea algo difícil y todo, porque ya vemos que te encantan los retos. ¿Cuál sería?
Nailea: Hay muchas obras de teatro que me gustaría hacer, pero sabes que me apasiona el tono de Beckett. No estoy segura si esto se va a dar o si lo voy a tener que yo empezar a hacer para que se dé lo que a mí me gustaría. Es que cuando interpreté a Beckett hace ya unos años, Beckett es un autor muy particular, muy minimalista y muy unitonal.
Es muy curioso que en un país donde todos queremos mucho colorido, mucha exageración y mucho todo, me interesó ese abordaje que requieren las obras de Beckett. Las obras concretamente que yo había hecho en esa ocasión, dirigida por tres diferentes directores en el teatro Santa Catarina, fueron Play, Catástrofe y Footfalls.
Me enamoré de ese– Otra vez, es parecido al tempo del butō, es algo contemplativo, es algo repetitivo, es algo que a estas alturas de mi vida yo quiero estar haciendo algo más en mi ritmo. No sé, me gustaría el reto, a ver si sí, de ir buscando a los directores adecuados y haber hecho, así como hay algunos directores que dicen, “Voy a hacer todas las obras de Shakespeare”, yo quiero hacer todas las obras de Beckett.
Me fascinaría ese reto en teatro. En cine, me gustaría muchísimo seguir haciendo cine como el de la última película que hice que ganó en Berlín el Oso de Plata.
Nicky: ¿Manto de Gemas?
Nailea: Manto de Gemas. En esa línea. No me interesa hacer el cine comercial, porque ya la parte comercial la tengo cubierta cuando hago televisión. ¿Qué te digo? A mí me gusta poder estar entre las tres cosas, porque gracias a una puedes hacer la otra muchas veces. La televisión también, como vimos, agiliza mucho también la mente y el resultado.
Seguir haciendo por esta línea que ya estoy tocando, pero sí, definitivamente ya veo la necesidad de levantar mis proyectos. Tengo un guion, pero no quiero estar quemando la idea de que– Ahorita ya entré a la etapa donde voy a tener que buscar la preproducción. Ya la tengo, el guion lo he trabajado, trabajado y así. Entra ahí este miedito de, “Bueno”, pero ya lo tengo que hacer, ya tengo que hacer mis propias pastorelas.
Nicky: Exacto. Es lo que te queda, porque como dices, ya a esa altura de tu carrera, con la experiencia que has tenido con los personajes que has hecho, sabes lo que quieres, sabes lo que quieres buscar, sabes lo que te llenaría más y tienes un conocimiento y un entendimiento muy bueno de la trayectoria de cómo debe ser construida una obra de teatro, un programa, una película.
Eres alguien que trabaja muy bien en la colaboración. Todo está en rodearse del equipo que te apoye, que se una a tu idea y llevarlo a cabo. Son cosas que sí toman tiempo, pero las cosas que valen la pena son las que toman más tiempo en madurar y, cuando se dan, es como parir de nuevo.
Nailea: Sí. Viene una etapa así, muy fea. No hay que entrar con miedo, igual y te van diciendo, “No, esto es casi imposible”. Dices, “No me resultó tan difícil”. No hay que predisponerse, sé que ya le he trabajado lo suficiente hasta llegar ahí. También pasa porque no te están llegando esos personajes que tú quisieras hacer o que podrían inventar y dices, “Entonces yo me lo voy a encontrar”.
Porque sí pasa, pasa en todo el mundo, pasa en Estados Unidos, en donde llegas a cierta edad y te quieren poner ya nada más de la mamá de la nueva generación y no resulta nada estimulante, de decirle, “Mijito, qué bueno que te vas a la escuela”, y ya. No, uno quiere actuar de a de veras.
Nicky: Exacto. Definitivamente uno tiene que armar sus propios proyectos si es que pasan los años y ves que no hay tantos personajes complejos, bonitos para mujeres después de los 50. Nos toca inventarlos. Eso es lo que tenemos que hacer, sí. Nailea, muchísimas gracias. Ya se nos está acabando el tiempo. De veras, para mí ha sido un enorme placer platicar contigo hoy. Ha sido linda y rica esta plática. Te deseo muchísimo éxito con el negocio, con tus próximos proyectos en teatro, en cine, en tele. Me dará mucho gusto verte pronto.
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