Episode Notes
En este inspirador episodio de “La Pizarra”, Nicky Mondellini celebra los 50 años de carrera artística de la destacada actriz, directora y maestra de actuación, Zaide Silvia Gutiérrez. Descubre las experiencias que han marcado su trayectoria en teatro, cine y televisión, y cómo el mindfulness y la bioenergética han enriquecido su proceso creativo y su vida personal.
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Momentos clave:
– Reflexiones sobre 50 años de carrera y los roles más impactantes.
– La influencia del mindfulness en la actuación y la gestión emocional.
– Anécdotas de proyectos icónicos y lecciones aprendidas a lo largo de su carrera.
– Importancia de la educación continua y su impacto en el enfoque profesional de Zaide.
– Consejos para actores jóvenes sobre cómo nutrir una carrera duradera en el entretenimiento.
– La educación espiritual, la bioenergética y su aplicación en el arte de la actuación.
– La riqueza de la interacción generacional en el set y la oportunidad de aprender de actores experimentados.
– Preparación diaria y la importancia de la puntualidad y preparación mental antes de actuar.
– Cómo el apoyo familiar ha jugado un papel crucial en su desarrollo profesional.
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Recursos mencionados:
– Telenovela “Para volver a amar”
– Película “El norte” y “El imperio de la fortuna”
– Serie “Madre solo hay dos” y película “Que viva México” en Netflix
Conecta con Zaide Silvia Gutiérrez a través de su Instagram: @ZaideSilviaG
No te pierdas este fascinante viaje a través de las décadas de arte y pasión. ¡Sintoniza y disfruta del relato de una vida dedicada al arte dramático!
Transcript
Zaide Silvia Gutiérrez: Cuál es la frontera entre la realidad y la ficción y la ficción tiene conciencia de la realidad. No nos extraviamos en el personaje. No nos llevamos el personaje a nuestra vida porque pobres de nuestras familias. Sí tenemos muy claro en qué momento comienza la ficción y actuamos con sus leyes de acuerdo al universo en el que esté inscrito y en qué momento se corta para volver a nuestra realidad.
[música de fondo]
Narrador: La Pizarra, explorando las mentes creativas del mundo del entretenimiento. Aquí está tu conductora, Nicky Mondellini.
Nicoletta Mondellini: Hola, ¿cómo están? Bienvenidos, bienvenidas a un episodio más de La Pizarra. Yo soy Nicky Mondellini. Por aquí seguimos en la temporada 9. Estoy muy, muy contenta de que estén aquí con nosotros porque hoy vamos a platicar con una maravillosa amiga. Ella es actriz. Es una colega increíble. Hemos estado juntas en un par de proyectos. Justamente en 2023 ella cumplió sus 50 años de carrera artística. Nos va a platicar acerca de todo eso y muchísimo más.
Ella es Zaide Silvia Gutiérrez, actriz, directora, maestra de actuación y mentora también. Algunos de sus personajes destacados son Rosaura de la telenovela Para volver a amar, Paz en Un refugio para el amor, Chayo en La doble vida de Estela Carrillo, Carmelita en Qué pobres tan ricos, Toña en la obra Hasta la China fueron a dar mis mechas con el ventarrón, lo cual le dio su novena distinción como actriz el monólogo en 2018.
Seguro la viste como Lucía en la serie Madre solo hay dos y como Socorro en la película Que viva México, ambas de Netflix. Zaide empezó muy chica a pisar los escenarios y desde entonces no ha parado. Ya lleva casi 50 obras de teatro, 40 películas, dos de ellas consideradas clásicas, El norte y El imperio de la fortuna. Ha participado en más de 10 telenovelas, ocho radionovelas e incontables programas unitarios de televisión.
Zaide ha sido galardonada en numerosas ocasiones. Es miembro del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro de México desde el 2018. Así que acompáñame a explorar la mente creativa de Zaide Silvia Gutiérrez. Comenzamos. Zaide, bienvenida a La Pizarra. No sabes el gusto que me da finalmente poder platicar contigo, hacerte esta entrevista que ya tenía yo planeada desde hace tiempo.
Zaide: Muchísimas gracias, Nicky. Estoy primero feliz de verte porque hace mucho tiempo que no interactuábamos en tiempo real, aunque no sea en persona, pero te mando muchos abrazos, mis mejores deseos de salud, de bienestar, de lo mejor que sea siempre para ti.
Nicoletta: Muchísimas gracias, Zaide. La última vez nos conectamos virtualmente para la entrevista de Vivan los niños. ¿Te acuerdas que era con parte del elenco? Éramos muchos, resultó un poquito caótica esa entrevista.
Zaide: Yo iba en un taxi de una locación a la otra. Fue hace como dos años y medio.
Nicoletta: Exacto. Luego a algunos se les olvidó mutearse y entonces se oían cosas por atrás. Dije, “Bueno, okay”.
Zaide: Era reunión de amigos.
Nicoletta: Era reunión. Fue muy lindo ver a todos los que eran los niños, ya ni tan niños, ya todos de adultos.
Zaide: Qué impresionante.
Nicoletta: Qué impresión, cierto, ya cada quien encaminados a hacer sus vidas, sus carreras, unos siguieron en el ambiente artístico, otros para nada, pero están en contacto, tienen chats y se siguen viendo porque tuve la oportunidad de entrevistar a Dani Aedo y me contaba que tienen un chat, que se comunican mucho. Es que la verdad se hermanaron mucho en esa grabación, ¿no?
Zaide: Sí. También tuvimos oportunidad de conversar con Ignacio López Tarso en esa ocasión que fue también muy bonito. Teníamos a los que fueron nuestros hijos y a los que fueron nuestros papás. Esa comunicación intergeneracional creo que siempre enriquece mucho a todos.
Nicoletta: Yo creo que sí. Yo creo que trabajar con los actores que ya llevan un buen rato en el ambiente artístico nos pueden aportar tantísimo si los observamos, les hacemos preguntas y todo nos enriquece muchísimo la carrera.
Yo creo que esa es una cosa que los actores jóvenes deben considerar realmente. Cuando están en un set con alguien que tiene una trayectoria importante, qué tanto puedes aprender de esa persona que te toca como compañero de cena en lugar de nada más estar queriendo estar en el set y tomarse la selfie, ¿no?
[risas]
Zaide: Sí.
Nicoletta: No, definitivo. Zaide, hay mucho de qué platicar cuando estaba yo preparando tu entrevista. Por cierto, primero por nada, ¿qué te tomas? ¿Un vinito, una tequilita, un café? ¿Qué te puedo dar?
Zaide: Yo estoy tomando agua, querida.
Nicoletta: Salud.
Zaide: Es la bebida más regenerativa, más saludable con lo que podemos empezar el año y alimentar nuestras células e hidratarlas.
Nicoletta: Sí, totalmente de acuerdo.
Zaide: Salud.
Nicoletta: Salud con mi agüita también por acá. Perfecto. En esta charla así, que es una charla que vamos a tocar varios puntos porque tienes un currículum como pocos he visto en la vida, no nada más tu preparación artística como actriz, como directora, pero le has tocado a todo, ¿verdad? A la historia, a otras culturas, culturas de Oriente, mindfulness. Yo creo que la verdad quisiera empezar por ahí. ¿Qué es lo que te llevó al mindfulness? Porque ahora también eres maestra de eso, ¿no?
Zaide: La educación espiritual por lo regular comienza en la infancia. Uno va evolucionando y acercándose o sensibilizándose hacia los estímulos que más lo atraen a uno o lo que más siente uno que uno se identifica con ello. Creo que ha sido todo un recorrido y sería muy largo de platicar, pero siempre he estado interesada en la conducta humana y su espiritualidad.
Son de otras cosas que no están en lo que te mandé, pero, por ejemplo, hice un estudio que no está avalado por ninguna universidad sobre bioenergética. Estudié a Wilhelm Reich y he estudiado a otros teóricos porque me interesa mucho el manejo de energía en el cuerpo humano. ¿Por qué? Porque soy actriz. Además, los actores de mi generación tenemos una educación todavía muy psicológica ligada a nuestra preparación profesional como actores.
Me interesó eso por el manejo de energía en el cuerpo y cómo se revela en diferentes caracteres, que para mí serían personajes. También hice una investigación sobre el lenguaje corporal, territorialidad y lenguaje corporal. De ahí yo hice tres cursos de actuación. Te lo estoy diciendo rapidísimo. Finalmente, empecé con una inclinación a la meditación hace tiempo. Esta maestría curiosamente la empecé tres meses antes del encierro de la pandemia.
Para mí fue muy bueno porque primero hice un diplomado sobre ciencia de la felicidad. Yo quería hacer un diplomado sobre logoterapia, pero no coincidía con mis horarios profesionales y entonces tomé este diplomado sobre ciencia de la felicidad. De ahí descubrí que había una maestría en mindfulness. Era como el tiempo perfecto. Trabajaba a distancia en la Compañía Nacional de Teatro, que en el encierro hicimos mucha actividad de video, pero tardes y noches me la pasaba estudiando en la maestría.
Fue providencial porque pude organizar mi energía, mi tiempo y pude obtener esta maestría en una universidad en línea.
Nicoletta: Qué maravilla, Zaide, qué bonito. Para mí eso es básico, para cualquier persona de cualquier profesión, pero sobre todo para la actuación, para lo que dices, el manejo de la energía, los personajes son diferentes según el conflicto que haya, según la escena, según el lugar. Hay tantas cosas, así que si podemos meternos un poco a eso y enriquecer la preparación de un personaje a mí me parece que es muy, muy valioso.
Zaide: Sí, pues–
Nicoletta: Sí, adelante.
Zaide: No, que trato de aplicar todo lo que estudio a mi profesión y al ejercicio escénico. Cuando estudié bioenergética y territorialidad empecé a conocer la energía del cuerpo. Obviamente, yo me autoestudio todo el tiempo porque yo soy un ser humano y me doy cuenta, compruebo lo que me están diciendo los libros y de ahí parto para poder explicarlo a mis alumnos cuando doy clases.
Finalmente, es que como uno usa el territorio, así es la tensión o relajación que conlleva en el cuerpo. Uno también habita su cuerpo. Las emociones te tensan o te destensan. Eso te hace habitar el cuerpo de diferentes maneras. El cuerpo tiene memoria, hay nódulos de tensión.
Eso es lo que trabaja la bioenergética, para hacer que la energía del cuerpo fluya libremente y sanear los bloqueos energéticos que pudiera haber. Yo esto lo utilicé, obviamente, para aplicarlo en mis cuestiones escénicas.
Nicoletta: ¿Tú sientes que, por ejemplo, si has tenido personajes que son un poco difíciles de abordar, digamos por la historia o la psicología del personaje, necesitas adentrarte más o no sé, prepararlo de una manera más distinta con la ayuda del mindfulness? ¿De qué forma sientes que te ha ayudado para personajes así que son difíciles?
Zaide: Los actores siempre hacemos ejercicios de mindfulness, aunque no estemos conscientes de ello. Básicamente hay dos estatus en los que utilizo el mindfulness. Uno, para estar consciente de mi instrumento y prepararlo y saber qué estoy haciendo, aunque esté muy involucrada emocionalmente para guardar un registro que me ayude a recomponer ese proceso y poder vivirlo de nuevo en cada toma o en cada función. Esa es una parte técnica y personal.
La otra es el encuentro con mis personajes en el momento presente de la escena o de la grabación o filmación porque en ese momento me abstraigo metafóricamente de la realidad circundante porque en un set hay camarógrafos, hay luces, hay micrófonos y hay maquillistas que vienen y te preparan para la toma. Durante la toma tú estás solo en la situación del personaje.
Por supuesto que tienes los poros, las antenas, la conciencia despierta y estás con una percepción panorámica de lo que es tu entorno, pero tú estás enfocadísimo en la situación del personaje. Siempre hay un trabajo dual. Eso siempre procuro establecerlo con mis alumnos, de cuál es la frontera entre la realidad y la ficción, y la ficción tiene conciencia de la realidad.
No nos extraviamos en el personaje. No nos llevamos el personaje a nuestra vida porque pobres de nuestras familias. Tenemos muy claro en qué momento comienza la ficción y actuamos con sus leyes de acuerdo al universo en el que esté inscrito y en qué momento se corta para volver a nuestra realidad.
Nicoletta: Exacto. Eso es básico, es totalmente básico. Además, hay tantas cosas, como estás diciendo, que suceden alrededor, que si no tienes tu esa preparación, cualquier cosa pequeña, cualquier cosa que te distraiga te va a sacar de ese mundo y de ese universo que tienes que habitar para este personaje.
¿Cuáles son algunas de las cosas que haces tú previas a, incluso si tu preparación de un día de trabajo empieza desde tu casa o si llegando al set, tú dices, “Bueno, llego dos horas antes y me aparto en mi camerino dos horas”? ¿Qué es lo que te gusta hacer a ti para prepararte?
Zaide: No, yo parto de un concepto que es la puntualidad. La puntualidad no es llegar a las 7:00 a mi llamado así, “Ya llegué”. No. La puntualidad es prepararme punto por punto para llegar a mi llamado en relajación, en alegría preparada y atenta para comenzar mi día.
Yo te diría que mi preparación empieza un día antes cuando preparo mi escena, por supuesto, o mis escenas, cuando estoy estudiando o en la parte en la que estamos en el libreto teatral y memorizo, trato de visualizar, me sensibilizo y aplico la investigación teórica que hemos hecho el grupo para poder representar un texto dramático. Esa es una parte de la preparación.
La otra es estar bien conmigo, poder irme a la cama satisfecha, poder despertar y revisar mi estado de ese día y saber cuáles son los puntos que tengo que atender para que yo pueda estar al 100% en mi territorio profesional. Me empiezo a preparar sensibilizándome con lo que tengo alrededor. Esto es mindfulness. Primero registro cuáles son mis primeros pensamientos, cuáles son los pendientes del día.
A veces despierto un poco inquieta por una cuestión personal y procuro atenderla antes de irme a mi llamado o sé que en algún momento del día lo voy a atender. Eso me relaja. También a veces estoy inquieta porque voy a tener un ensayo muy intenso, no estoy cabalmente segura si ya lo tengo para el ensayo, pero también para eso son los ensayos.
Al despertar es muy claro, nuestra mente es clarísima. Cada vez que uno abre los ojos uno sabe qué te duele. Si tienes un piquete en un hombro, en las lumbares, en el pie o dices, “No le he hablado a mi hermana”, o, “Ay, no he checado mi estado de cuenta”, por ejemplo, o, “Ay, hoy es el día en que se vence la fecha de mis tarjetas”. Estos son los pendientes que la mente nos manda.
Lo que yo procuro es resolver en la medida de lo posible antes de salir o ya sé que durante el día tengo que resolverlo. Eso me hace ser una persona más relajada, más tranquila y atender cada cosa en su momento. Cuando entro a escena o al maquillaje puedo repasar mi escena porque mi atención no debe estar completamente en que me están maquillando, aunque procuro no interferir en el trabajo de mis compañeros de maquillaje y peinados, pero hay una cierta flexibilidad.
Cuando estoy grabando no pienso en el corte de mis tarjetas de crédito o le llamo a mi hermana durante mi corte a comer, pero ya tuve presente qué es lo que tengo que hacer y voy satisfaciendo esas cuestiones que me son necesarias para mi vida personal. Una vez resuelta mi vida personal puedo concentrarme y dar vuelo a mi trabajo profesional que es mi mayor placer en la vida. Lo digo muy escuetamente y con brocha gorda sin mayor detalle, pero así es que me preparo para un día a laboral.
Nicoletta: Zaide, platícame ahora el inicio de tu carrera. Estás cumpliendo unos maravillosos 50 años en la profesión que tanto te apasiona, que tanto has cuidado y que has hecho muy bien. ¿Cómo empezaste? Porque realmente tus padres no eran actores, ¿cierto?
Zaide: No, mis padres no fueron actores, pero mi padre sí tuvo una inclinación a la escena teatral. Mi padre adoraba la oratoria, tomó varios cursos de oratoria, ganó algunos cursos y tomó clases de actuación con Seki Sano. Era compañero de Ignacio Retes y María Douglas, que son dos figuras del teatro mexicano muy importantes que hace tiempo ya no están con nosotros. María Douglas paradójicamente muere el mismo año en que yo empiezo mi vida profesional. Mi padre era gran admirador de ella y también de Ignacio Retes.
Cuando me enseñó a leer con los signos de puntuación una lectura con sentido a los siete años. Nos llevaba al teatro y al cine a todos mis hermanos y a mí. Tenía una afición muy grande. Mi madre tenía una gran afición por la lectura, por los cuentos, por la narración. Mi madre tenía un magnífico sentido del humor. Yo digo que era una joker, un clown natural. Tenía un gran entusiasmo y tenía una gran habilidad para transmitir sus lecturas.
Nos sentaba a leernos cosas todas las tardes. Nos leía desde revistas de cómic hasta los mitos griegos. Yo creo que esos son los cimientos. Luego a los siete años yo quería estudiar danzas. Mi madre me llevó. Desde los cuatro años mi madre nos inculcó a tocar el piano. Yo, que soy la menor de mis cinco hermanos, tenía cuatro años, empecé a tocar un poco el piano y aprendí a leer las notas un poco antes que las letras. Yo creo que todo eso me fue preparando.
Recuerdo que tenía yo como ocho años y fuimos al teatro, vimos una obra de teatro del absurdo de Miloš Makovec. La fuimos a ver como 17 veces porque yo insistía en que quería volverla a ver y quería volverla a ver. Yo creo que ahí se me cristalizó la imagen de que yo quería estar así, en el escenario.
Siempre digo que, igual que esos seres brillantes y brillosos, porque uno suda mucho en escena y la piel siempre se ve como brillosita. Lo digo un poco de broma, riéndome de mí misma porque soy actriz y cuando tengo funciones intensas mi piel está brillosa. Todo lo contrario en televisión o cine que quieren taparte todo el polvo.
A los 10 años ya lo pude condensar y dije, “Yo quiero estar ahí”. Vi el anuncio de una escuela de actuación. Me costó mucho trabajo convencer a mi mamá para que me llevara y luego me costó mucho trabajo convencer a mi padre para que aceptara.
A mi madre le di tanta lata que el primer año me llevó sin decirle a mi padre, pero en las vacaciones de verano fue cuando descubrimos, mi mamá hacia limpieza general y sacaba todo de los closets, lo pintaba y volvía a meter todo, sacaba todo de los cajones, de pronto encontramos dos programas de teatro de dos obras dirigidas por Seki Sano, donde la protagonista era María Douglas e Ignacio Retes formaban parte del reparto.
Mi padre hacía unos personajes muy pequeños. Era muy joven. Eso lo hizo antes de conocer a mi madre y antes de casarse con ella, pero él tenía ese cimiento que me heredó. Después de cumplir el primer año le dijimos que habíamos visto estos programas, que yo quería ser actriz y que por favor me permitiera estudiar. Accedió, pero tenía reticencias.
Estudié tres años en el Instituto Andrés Soler. Saliendo de ahí, yo por mi propia iniciativa fui a hacer una audición a la Asociación Nacional de Actores porque necesitaban una niña de 14 años, yo tenía 13 y dije, “Híjole, a ver si me aceptan, porque necesitan de 14 y yo tengo 13”. Hice una audición con Adam Guevara, me llamó para hacer la obra, le hice una audición, hice la obra y me dieron dos premios.
Mi madre me llevó a todos los ensayos. Mi padre iba a muchas funciones. Mi padre estaba muy orgulloso. De alguna manera yo realizaba un sueño que él había tenido sin que él me lo propusiera jamás verbalmente u objetivamente. Fue a través de su afición y de su amor a la escena, a la pantalla y al escenario.
Después de que me dieron esos dos premios nunca jamás se volvió a cuestionar mi vocación al interior de mi casa, de mi familia. Siempre he tenido el apoyo de toda mi familia. En cada estreno siempre habrá por lo menos un miembro de mi familia apoyándome. El último estreno que tuve fue en Guanajuato. Uno de mis hermanos y su esposa llegaron a Guanajuato el día del estreno para estar conmigo.
Así de fuerte ha sido el apoyo de mi familia, a quien le agradezco grandemente porque gracias a ellos yo he podido realizar mi sueño.
Nicoletta: Qué maravilla. ¿Cuántos hermanos? Cuatro y eres tú la quinta, ¿verdad?
Zaide: Exacto.
Nicoletta: Sí, qué bonito contar con el apoyo de la familia y que vayan viendo tu crecimiento dentro de la carrera, es una cosa bellísima. Esa carrera, Zaide, te llevó después a estudiar, tu inquietud de seguir creciendo en diferentes ámbitos. Conseguiste la beca Fulbright y fuiste a la Universidad de Columbia para estudiar Dirección. Cuéntanos cómo fue para ti ese proceso.
Zaide: Eso fue ya para estudios de posgrado. Yo ya había hecho una película que se llama El norte. El norte es un clásico en Estados Unidos principalmente. Se sigue utilizando una escena en los high schools y en las clases de Español. Una escena que es muy famosa es la escena de Rosa, que es la protagonista, a quien yo interpreté, y Nacha, que es como su tutora. Son dos indígenas guatemaltecos que llegan a Los Ángeles.
El primer empleo de Rosa es con Nacha. Nacha la lleva a limpiar casas. Hay una escena muy divertida con una lavadora muy sofisticada. Esa escena se ha vuelvo icónica en las clases de Español y en los seminarios de migración en Estados Unidos a nivel high school.
Yo ya había hecho esa película y conocí a un historiador, David Maciel, de la universidad entonces de Nuevo México y que ahora es catedrático en la Universidad de Los Ángeles, si no me equivoco. Ha hecho toda una especialización en la historia del cine. Él era muy fan de la película y yo le agradezco que hubiera sido admirador de mi trabajo.
Él me dijo, “¿No quieres tener una beca Fulbright?”. Yo dije, “¿Qué es eso?”. Porque yo no conocía esta instancia norteamericana de apoyar a los estudiantes extranjeros, traerlos a su casa, a Estados Unidos, a sus universidades y luego los devolvían a sus respectivos lugares. Dije, “Sí, es muy interesante. Me gustaría estudiar Dirección de Teatro”. Porque yo ya era licenciada en Literatura Dramática y Teatro por la UNAM.
Solicité la beca y David Maciel apoyó mi aplicación. Fui muy afortunada. El año que yo fui fue a estudiar a Columbia. Fue el primer año que hubo beca Fulbright para artes porque antes solo había apoyo para científicos, para carreras que no fueran artísticas.
Fue un año muy peculiar porque llegamos artistas de todas partes del mundo, músicos, cineastas, fotógrafos, diseñadores de vestuario, pintores, pianistas, violinistas y fue un verano muy particular. Fue muy emocionante. Es así que pude estar un año con estudios de posgrado en Columbia University a nivel maestría. Al año de terminar esa beca me ofrecían un segundo, pero yo ya no acepté porque mi vocación actoral ha sido siempre demasiado fuerte.
Me llamaba la escena para habitarla adentro de la escena y no tanto en la composición, como es el director de escena que está de fuera y compone. Sí, he dirigido, tengo premios en dirección en México, pero la verdad es que mi primera vocación es la actuación.
Nicoletta: Cierto. Hasta aquí llegamos con la primera parte de esta entrevista. Acompáñanos la próxima semana para que no te pierdas la segunda parte. Hasta pronto.
[música de fondo]
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